Nacimiento de Velez Beisbol

A 20 años de nuestra fundación (ya tendremos una nota especial por los 20 años), acabo de rescatar unas palabra escritas hace unos 11 años sobre como fue que nació el Béisbol en Velez.
El autor lo sabía de primera fuente porque fue quien junto a Carlos Isla arribó con todas las esperanzas en nuestro querido club.

EL BÉISBOL EN VÉLEZ
Por Sergio Semba
Cuando a principios de 1994, los directivos del Club nos abrieron las puertas de VÉLEZ  para recibirnos, sabíamos internamente, que algo importante se estaba gestando. Y hoy a casi una década de ese encuentro los hechos superan todo lo que pudimos habernos imaginado en ese momento...

La prehistoria: Un grupo de nómades...
Cuenta la leyenda que allá en la prehistoria, en el año 1989/90 a.V. ( antes de Vélez ) dos columnas de diferentes orígenes ( un grupo de jugadores juniors de YPF y otro de infantiles, prejuniors  y mayores de Fujiyama, que tenían su refugio en el Parque municipal Sarmiento ) se fusionaron para sobrevivir juntos las inclemencias del béisbol, cuando sus integrantes son pocos y las responsabilidades muchas.
Y así juntos buscaron la posibilidad de establecerse en algún lugar permanente... primero fue Comunicaciones (90/91), donde se une la última gran columna de jugadores y luego el SEC (Sindicato de Empleados de Comercio – 1992/93) detrás del Centro Atómico de Ezeiza...
Justamente la lejanía del predio donde se competía ( los entrenamientos se hacían en un sector en los fondos del Parque Norte, hoy ocupados por Tierra Santa) y todas las incomodidades derivadas de entrenar siempre en lugares diferentes hacían pensar siempre en un cambio para mejor...  

El asentamiento definitivo...
Bien es sabido que el espacio físico para jugar y entrenar es el mayor tema a superar para el desarrollo de la disciplina, y allí es donde el destino sincrónicamente hace cruzar los caminos de VÉLEZ  (que estaba proyectando conquistar el Oeste construyendo una Villa deportiva) con este nutrido grupo de grandes y chicos de diferentes orígenes pero que tenían un solo objetivo: el de seguir cultivando amistades al tiempo que se desarrollaban como personas , jugando uno de los deportes que más les gustaba: el BÉISBOL).

La historia comienza...
Recibidos en el club con los brazos abiertos,  comenzamos a hacer planes en la futura Villa Olímpica.
Llegamos por primera vez, entrando a los terrenos por Gaona por una calle cercana al Camino del Buen Ayre, exactamente del otro lado de lo que hoy es la entrada principal a la Villa.
Nos daban la bienvenida al fondo, luego de cruzar todo el predio de pastizales dos arcos de fútbol enfrentados y una casilla, donde en los planos proyectados figuraban la Canchas Principales de Fútbol, cercanos a una futura confitería (hoy  salón de la concentración de fútbol profesional) y a una futura pileta.
“Vamos a establecernos distanciados de este sector, total hay mucho lugar...” fue lo primero que se nos cruzó a todos por la cabeza, imaginando pelotas cayendo en la pileta o batazos atajados por arqueros...
Y así, caminando uno 300 metros vimos que la calles formaban un sector algo escondido, pero donde perfectamente calzaba una cancha de béisbol.
“¡Este es el lugar!” nos dijimos. Pero había que tener mucha, pero mucha imaginación y fe para ver ahí una cancha de béisbol: dos calles delimitaban un sector de altos pastizales y basurales donde dos árboles sobresalían  por encima, el actual eucalipto y un árbol más pequeño en donde hoy se planta la segunda base, y la más variada fauna y flora hacían del lugar algo parecido a la reserva natural...pero el desafío nos daba más fuerzas porque sabíamos que nos habían recibido para quedarnos. 

Y así quedan en el recuerdo mañanas de sol, controlando que las máquinas contratadas hicieran bien el trabajo, desmalezar, nivelar, rellenar con tierra nueva, retirar escombros y piedras entre los jugadores antes de cada partido, colocar todo el sistema de riego subterráneo a pulmón, el viejo backstop rescatado del sector de atletismo (ante el proyecto de una pileta dentro de la pista ), la construcción de la oficina y la jaula de bateo en un sector definitivo en el polideportivo...
Muchos recuerdos de momentos gratos (y también de los otros), muchos sacrificios hechos por padres y jugadores por un lado y dirigentes y empleados del club por el otro, que se superponen a los logros deportivos que no tardaron en llegar; a la satisfacción de disfrutar las dos canchas del sector de béisbol en la Villa Olímpica, viendo cómo la primer camada de chicos formados en el club son hoy jugadores destacados de primera y a sentir el lugar y el respeto que poco a poco se fue ganando en todos los ámbitos, el béisbol de VÉLEZ.

Felicitaciones y un agradecimiento para todos, pero esto es sólo el comienzo: la historia continúa...



Como dijo Sergio, la historia continuó y siguieron muchos años de beisbol, felicidad, amigos, buenos momentos, y los chicos aprendieron de los grandes reemplazando su esfuerzo y continuando el trabajo que muchos dedicaron.
La historia continua...